En un baño que alterna entre las percepciones físicas y la sensibilidad mental, cada edad y cada estado social formula sus propios requisitos para con el baño y sus equipamientos.
El uso apropiado del "Baño" requiere el máximo de flexibilidad y adaptabilidad. De hecho, un baño sólo se convierte en un oasis de bienestar cuando "vive" y "respira"; es decir, cuando ha sido diseñado y creado para satisfacer las necesidades de las edades, familias y los tiempos, y cuando es capaz de ofrecer durabilidad, flexibilidad y adaptabilidad.
En la cultura del baño de hoy, una mayor calidad a la hora de sentir el agua es sinónimo de mayor calidad de vida. La arquitectura descubre la cultura del tacto, y la amplía a una cultura de la percepción. La temperatura y la percepción de la presión pasan a ser sensorialmente esenciales.
Esta nueva cultura del baño nos permite crear y controlar el ambiente de un espacio: para percibir el agua con los cinco sentidos. La simbiosis entre la estética, la acústica, la háptica y las percepciones cutáneas definen estos espacios, compensando el estrés cotidiano.
Con información e imágenes de Kaldewei
