El cuarto de baño es imaginado como un paisaje que se establecerá en sus propios entornos privados, escénico, inesperados, que se distingue por detalles refinados y una planificación ambiciosa.
El escenario del baño se convierte en protagonista, no basta sólo el mobiliario, de proyectar la total placidez que éste puede brindarnos en el ámbito privado.
Como un set cinematográfico, el entorno del mobiliario es primordial en esta zona, pues permitirá introyectarnos en una atmósfera privada donde vivir nuestras propias historias.
Es por ello que seguimos observando que las fronteras, como en otros ámbitos domésticos, se han librado para dejar al usuario vivir plenamente su hogar, con un estilo auténticamente propio.